¿Cómo contratar al mejor programador? Guía para elegir talento en tecnología sin ser experto
En un mundo cada vez más digital, contratar al mejor programador puede marcar la diferencia entre el éxito y el estancamiento de un proyecto. Sin embargo, para quienes no tienen experiencia técnica, identificar a un buen programador puede parecer una tarea compleja. ¿Qué se debe tener en cuenta? ¿Qué conocimientos y actitudes son realmente importantes? ¿Cómo se evalúa a una persona que habla en lenguajes que parecen otro idioma?
Esta guía está pensada para ayudarte a entender, de forma sencilla y clara, qué buscar al momento de contratar talento en tecnología. Aquí no hablaremos con tecnicismos complicados, sino con criterios prácticos que cualquier persona puede comprender, ya sea un emprendedor, un líder de equipo, o alguien encargado de selección. No necesitas saber programar para tomar una buena decisión, pero sí necesitas saber qué hace valioso a un programador y cómo identificar esas habilidades.
Durante este artículo, abordaremos los conocimientos esenciales que debe tener un profesional en desarrollo de software, las actitudes que más valoran las empresas y por qué los temas de seguridad, comunicación y compromiso son claves. También destacaremos el papel de la formación técnica a través de cursos y diplomados gratis, así como la importancia de elegir rutas de estudio como una Técnica en softwaire o acceder a cursos en ciberseguridad, fundamentales para formar programadores con un perfil completo y actualizado.
Tiempo de lectura estimado: 19 minutos
Índice
- ¿Cómo contratar al mejor programador? Guía para elegir talento en tecnología sin ser experto
- No busques al más listo del salón: busca al más comprometido
- Conocimientos básicos que todo buen programador debe tener
- ¿En qué lenguaje programa? Depende de tu necesidad
- Si cuida la seguridad, cuida tu negocio
- Actitudes que sí importan (y mucho)
- Aprende a leer su código como si fuera una historia
- No olvides lo más importante: la ética profesional
- Contratar bien, también es formar bien
- Contratar a un buen programador no es cuestión de suerte: es saber qué buscar y cómo reconocerlo
No busques al más listo del salón: busca al más comprometido
Uno de los errores más comunes al contratar a un programador es dejarse llevar únicamente por su nivel técnico o la cantidad de herramientas que conoce. Si bien el conocimiento es importante, no lo es todo. Un buen programador no solo sabe escribir código, también es alguien que se compromete con los proyectos, busca soluciones, se comunica bien con su equipo y mantiene una actitud de aprendizaje constante. En pocas palabras: contratar al mejor no es contratar al más brillante, sino al más confiable.
Cuando se piensa en estudiar programación, muchas personas creen que lo más importante es dominar varios lenguajes de desarrollo. Sin embargo, los mejores profesionales se destacan porque saben resolver problemas reales, no solo porque conocen teoría. Las habilidades técnicas se pueden adquirir a través de una formación sólida como la que ofrece una Técnica en software, pero el compromiso es una actitud que difícilmente se enseña, y es allí donde se marca la verdadera diferencia.
¿Cómo se identifica el compromiso? Algunos indicadores pueden ser simples, pero efectivos:
- La persona demuestra interés por el proyecto, más allá del salario.
- Explica sus ideas con claridad, sin rodeos ni arrogancia.
- Muestra ejemplos reales de proyectos en los que ha participado.
- Acepta sus errores pasados y lo que aprendió de ellos.
- Expresa disposición a seguir aprendiendo, incluso si ya tiene experiencia.
Este tipo de actitud es muy valorada por las empresas, ya que permite que el trabajo en equipo fluya y que los proyectos se desarrollen con estabilidad. Incluso en procesos formativos como los cursos y diplomados gratis, este compromiso se nota en quienes cumplen con sus entregas, participan en actividades y aprovechan los recursos más allá del mínimo exigido.
En instituciones como el Politécnico de Suramérica, se valora el desarrollo integral del estudiante. Por eso, sus programas como la Técnica Virtual en Software están diseñados no solo para fortalecer las competencias técnicas, sino también para cultivar actitudes responsables, colaborativas y proactivas. Este enfoque permite que los egresados no solo tengan el conocimiento necesario para insertarse en el mercado laboral, sino también la disposición para crecer en él.
Por tanto, al contratar a un programador, no basta con mirar su hoja de vida. Escucha cómo se expresa, qué valores transmite y cómo se comporta frente a situaciones de reto. A veces, la mejor contratación no será la del que más sabe, sino la del que más quiere aportar. Y eso, en tecnología, vale tanto como cualquier línea de código.
Conocimientos básicos que todo buen programador debe tener
No necesitas ser experto para saber si un programador tiene las bases necesarias. De hecho, existen ciertos conocimientos que todo buen desarrollador debería manejar, sin importar el área específica donde trabaje. Identificar estas bases es clave para hacer una contratación segura y efectiva. Aquí te explicamos, de manera sencilla, qué aspectos técnicos debes tener en cuenta al momento de evaluar un perfil profesional en desarrollo de software.
Un buen programador debe entender cómo funciona la lógica computacional. Esto implica saber resolver problemas paso a paso, estructurar información y pensar en secuencias ordenadas. Estos fundamentos se adquieren al estudiar programación de manera formal, como lo permite una Técnica en software, donde se abordan temas como algoritmos, estructuras de datos, bases de datos relacionales y orientación a objetos.
Aparte de la lógica, otros conocimientos básicos importantes son:
- Control de versiones: Saber usar herramientas como Git permite trabajar en equipo sin errores de sobreescritura de código.
- Entorno de desarrollo: Conocer editores de código, entornos de prueba y sistemas operativos mejora la eficiencia.
- Documentación: Un buen programador escribe código que puede ser entendido por otros. Saber documentar lo que hace es esencial.
- Seguridad básica: Todo programador debería tener nociones sobre buenas prácticas para proteger datos y evitar vulnerabilidades.
Aquí es donde los cursos en ciberseguridad cobran un papel clave. Temas como la protección de contraseñas, la validación de entradas o la configuración segura de servidores, son elementos fundamentales en la práctica diaria de un desarrollador. Estos temas se abordan en profundidad en el Diplomado en Ciberseguridad: Principios y Regulaciones en Seguridad de la Información, que permite entender cómo la seguridad no es opcional, sino un componente crítico del desarrollo de software.
Aunque hoy en día existen muchos recursos en internet para aprender de forma autodidacta, los cursos y diplomados gratis ofrecen una ruta estructurada y confiable para adquirir estas competencias. Saber que un programador ha pasado por una formación técnica validada es un indicio de que comprende estas bases, y que tiene la disciplina para aplicar estos conocimientos de forma profesional.
En resumen, los fundamentos técnicos no son negociables. Sin importar el lenguaje de programación que use, si un candidato no domina estas bases, es muy probable que no esté preparado para enfrentar proyectos complejos. Asegúrate de que quien vaya a formar parte de tu equipo tenga una preparación que lo respalde, como lo garantiza una formación técnica bien estructurada.
¿En qué lenguaje programa? Depende de tu necesidad
Uno de los errores más comunes al buscar un programador es pensar que todos hacen lo mismo. Sin embargo, no todos los lenguajes de programación sirven para todas las tareas. Por eso, antes de contratar, es importante entender qué tipo de proyecto vas a desarrollar y qué lenguaje se adapta mejor a esa necesidad.
Por ejemplo, si tu proyecto es una página web interactiva, es probable que necesites alguien que programe en JavaScript o PHP. Si necesitas crear una aplicación para dispositivos móviles, podrías buscar experiencia en Kotlin o Swift. Para análisis de datos o automatización, Python suele ser la mejor opción. Y si hablamos de sistemas robustos o juegos, lenguajes como C++ o C# son más adecuados.
No necesitas dominar estos lenguajes para contratar bien. Lo que sí necesitas es tener claro qué producto necesitas construir y qué habilidades requiere ese desarrollo. Luego, asegúrate de que el candidato tenga experiencia real usando esas herramientas, o al menos bases sólidas adquiridas al estudiar programación de manera estructurada, como sucede en una Técnica en software.
Un consejo clave es pedir al candidato que muestre proyectos personales o académicos. Así puedes ver si ha aplicado sus conocimientos en algo real. También puedes consultar cómo estructura sus proyectos, qué herramientas usa y cómo aborda un problema desde cero.
En este punto, también es importante considerar la capacidad de aprender nuevos lenguajes. El mundo de la programación cambia constantemente, y un buen profesional no se queda con lo que aprendió hace años. Justamente por eso, muchos optan por reforzar su perfil con cursos y diplomados gratis, que permiten actualizar conocimientos sin altos costos y adaptarse rápidamente a nuevas exigencias del mercado.
En el Politécnico de Suramérica, los estudiantes de la Técnica Virtual en Software son formados para comprender la lógica de múltiples lenguajes, preparándolos para trabajar con tecnologías actuales y para adaptarse a las que vienen. Esta capacidad de adaptación es clave al momento de contratar a alguien que no solo sepa programar, sino que también pueda evolucionar con tu proyecto.
No se trata de contratar a alguien que lo sepa todo, sino a alguien que tenga lo necesario para lo que tú necesitas hoy, y que además tenga las bases para seguir aprendiendo mañana. En programación, la flexibilidad y el pensamiento lógico valen tanto como el lenguaje que se domina.
Si cuida la seguridad, cuida tu negocio
La programación no se trata solo de escribir código que funcione. También se trata de proteger los datos, evitar errores críticos y prevenir ataques informáticos que pueden poner en riesgo toda la operación de una empresa. Por eso, al contratar a un programador, es vital evaluar su conocimiento en ciberseguridad. Un pequeño descuido en la seguridad puede costar muy caro.
Hoy más que nunca, los ataques informáticos son una realidad para empresas de todos los tamaños. Por ejemplo, una aplicación web mal desarrollada puede ser víctima de robo de información personal, pérdida de archivos o incluso manipulación de datos confidenciales. Si el programador no tiene en cuenta la seguridad desde el principio, el problema no será del software: será del negocio.
Este tipo de conciencia se desarrolla con formación especializada. Aquí es donde los cursos en ciberseguridad son fundamentales. No basta con saber programar; se necesita entender cómo proteger el entorno digital donde se ejecuta ese código. Diplomados como el Diplomado en Ciberseguridad: Hacking Ético y el Diplomado en Ciberseguridad: Vulnerabilidades y Pruebas de Penetración preparan a los desarrolladores para identificar riesgos, anticiparse a amenazas y aplicar buenas prácticas desde la fase de diseño.
Cuando una persona decide estudiar programación, muchas veces se enfoca únicamente en aprender a construir sistemas funcionales. Pero un verdadero programador profesional también se forma para evitar errores comunes de seguridad: validar formularios correctamente, cifrar datos sensibles, proteger contraseñas, limitar accesos y realizar pruebas constantes para encontrar fallas antes de que otros las exploten.
Una formación técnica como la Técnica en software también debe integrar estos conceptos. Aunque no todos los programadores se especialicen en seguridad, todos deberían tener nociones básicas para evitar errores comunes. Y es precisamente lo que se promueve en formaciones modernas que preparan para el entorno laboral real.
Además, muchas personas fortalecen sus conocimientos en temas de protección digital a través de cursos y diplomados gratis, lo que demuestra su interés por mantenerse actualizados en un campo que evoluciona constantemente. Este tipo de formación continua habla de un perfil comprometido con la calidad y la responsabilidad profesional.
Contratar a alguien con conocimientos en seguridad no es un lujo: es una inversión en tranquilidad. Una persona con esta preparación no solo protege tu software, también protege tu reputación, tus clientes y tu negocio. Por eso, antes de elegir, asegúrate de que el candidato entienda que programar bien también significa programar seguro.
Actitudes que sí importan (y mucho)
Aunque la formación técnica es esencial, lo que muchas veces marca la diferencia entre un buen programador y uno excelente no es solo lo que sabe, sino cómo actúa frente a los desafíos del día a día. Las actitudes son igual de importantes que las habilidades técnicas, y por eso deben tener un peso significativo en cualquier proceso de contratación.
En un entorno donde todo cambia rápido, contar con una persona flexible, curiosa y con disposición para aprender continuamente es un activo invaluable. Un programador que sabe adaptarse, que se comunica con claridad, que trabaja bien bajo presión y que acepta el feedback como una herramienta de crecimiento, aporta más valor que alguien que simplemente conoce muchos lenguajes de programación pero no sabe trabajar en equipo.
Quienes deciden estudiar programación y realmente quieren destacar, desarrollan no solo habilidades duras, sino también competencias blandas como:
- Comunicación asertiva: para explicar lo que hacen y entender lo que el equipo necesita.
- Pensamiento crítico: para evaluar soluciones antes de implementarlas.
- Gestión del tiempo: para cumplir entregas sin comprometer la calidad.
- Responsabilidad: para asumir errores y buscar mejoras.
Muchas de estas habilidades se fortalecen desde la etapa de formación. Por ejemplo, quienes se inscriben en cursos y diplomados gratis, a menudo lo hacen por iniciativa propia, lo que ya refleja compromiso, disciplina y deseo de avanzar. Este tipo de comportamiento también se ve reflejado en la forma como enfrentan los retos durante su carrera.
En el caso del Politécnico de Suramérica, programas como el Diplomado en Ciberseguridad: Seguridad en la Red están diseñados no solo para enseñar conceptos técnicos, sino para fomentar una mentalidad ética, responsable y enfocada en la prevención. Este enfoque integral forma profesionales que entienden que la tecnología no es solo una herramienta, sino una responsabilidad frente a las personas y a las organizaciones.
De igual manera, desde la Técnica Virtual en Software, se promueve una formación que va más allá del conocimiento técnico, integrando valores como el trabajo colaborativo, el pensamiento creativo y el liderazgo en entornos digitales. Esto convierte a los estudiantes en profesionales listos para aportar más que líneas de código.
En resumen, al momento de evaluar a un programador, presta atención no solo a lo que sabe, sino a cómo se comporta, cómo se comunica y qué tan dispuesto está a seguir aprendiendo. Porque las actitudes correctas, bien canalizadas, pueden convertir un conocimiento promedio en un desempeño extraordinario.
Aprende a leer su código como si fuera una historia
Aunque no seas una persona experta en tecnología, sí puedes identificar si un código está bien hecho. No necesitas entender cada línea para notar si un programador trabaja con orden, claridad y lógica. El código, cuando está bien estructurado, se lee como una historia: tiene un inicio, un desarrollo y una solución. Y eso dice mucho sobre quién lo escribió.
Una de las habilidades más valiosas que puede tener un programador es la capacidad de escribir código limpio, entendible y bien documentado. Esto no solo facilita el mantenimiento del sistema, sino que también permite que otros desarrolladores puedan trabajar sobre ese mismo proyecto sin confusiones. Aquí es donde una formación sólida como la ofrecida por una Técnica en software marca una gran diferencia: desde el principio se enseña a programar pensando en el equipo, no solo en la máquina.
¿Cómo identificar si el código de un candidato es bueno, aunque no seas programador? Puedes tener en cuenta estos criterios:
- Usa nombres claros para las variables y funciones (que indiquen lo que hacen).
- Tiene comentarios explicativos en puntos clave del código.
- Está organizado por bloques, con una estructura visual clara.
- No hay repeticiones innecesarias o soluciones complicadas para tareas simples.
- Incluye validaciones para errores o datos inesperados.
Cuando una persona decide estudiar programación, aprende estas buenas prácticas desde las primeras etapas si el programa educativo tiene un enfoque práctico. Sin embargo, no todas las formaciones hacen énfasis en la importancia de escribir pensando en otros, y eso puede generar resultados muy distintos. Por eso, quienes han pasado por cursos y diplomados gratis con una metodología rigurosa, suelen demostrar más cuidado por la calidad y claridad de su trabajo.
Además, muchos estudiantes de programación amplían sus conocimientos en campos complementarios como la seguridad informática. Quienes toman cursos en ciberseguridad, por ejemplo, entienden que un código limpio no solo es más fácil de leer, sino también más fácil de proteger. Errores de estructura o desorden en el desarrollo pueden convertirse en puertas de entrada para ataques o vulnerabilidades, algo que se evita si se aplican buenas prácticas desde el inicio.
En el Politécnico de Suramérica, los programas como el Diplomado en Ciberseguridad: Vulnerabilidades y Pruebas de Penetración ayudan a los estudiantes a detectar fallos comunes en el código que no solo afectan el rendimiento, sino también la seguridad. Este tipo de enfoque técnico y detallado permite que los futuros profesionales desarrollen una mirada crítica sobre su propio trabajo y aprendan a escribir código pensando en el futuro.
Así que, aunque no seas programador, no tengas miedo de pedir al candidato que te muestre cómo estructura su código. Puedes aprender a reconocer la diferencia entre algo desorganizado y algo profesional. Y recuerda: si se puede leer como una historia, probablemente está bien hecho.
No olvides lo más importante: la ética profesional
En un entorno digital donde los datos son tan valiosos como el dinero, contratar a un programador ético es tan importante como contratar a uno competente. Puedes tener al mejor técnico del mundo, pero si no respeta la privacidad de los usuarios, si manipula la información sin autorización o si actúa con negligencia, el riesgo para tu organización es enorme.
La ética profesional en programación no solo se trata de “portarse bien”, sino de entender que cada línea de código puede afectar a personas reales. Un mal uso de la información, una función que deja puertas abiertas a terceros o una actitud de indiferencia ante la seguridad puede generar consecuencias legales, económicas y de reputación. Por eso, al momento de contratar a un programador, asegúrate de que comprenda la responsabilidad que implica su trabajo.
Una forma de identificar esto es preguntando por situaciones difíciles que haya enfrentado y cómo las resolvió. Las personas con ética te hablarán con honestidad de sus errores, de cómo los corrigieron y de por qué tomaron ciertas decisiones. También suelen estar interesadas en temas como el buen manejo de la información, la protección de datos personales y la transparencia.
Los profesionales que se han formado en temas de seguridad digital suelen tener una conciencia más profunda sobre estas responsabilidades. Por ejemplo, en el Diplomado en Ciberseguridad: Principios y Regulaciones en Seguridad de la Información, se abordan normas como la Ley de Protección de Datos Personales, así como protocolos éticos frente al acceso a sistemas y bases de datos. Esto hace que quienes cursan este tipo de formaciones no solo sepan cómo proteger un sistema, sino por qué es importante hacerlo con responsabilidad.
Quienes eligen estudiar programación de forma formal, como en una Técnica en software, también reciben formación sobre el impacto social de la tecnología. En instituciones serias, se habla desde el inicio sobre la importancia de actuar con integridad, sobre todo cuando se trabaja con sistemas financieros, información médica, servicios públicos o plataformas educativas.
Además, los cursos y diplomados gratis orientados a la ciberseguridad permiten a los estudiantes entender la delgada línea entre la prueba técnica y el abuso de privilegios. Por ejemplo, el Diplomado en Ciberseguridad: Hacking Ético enseña a los programadores cómo identificar vulnerabilidades desde el rol del “hacker bueno”, siempre con fines preventivos y bajo marcos legales. Esta visión ética del desarrollo es un pilar fundamental para quienes quieren trabajar en tecnología de manera responsable.
En definitiva, la ética no es un valor opcional: es un filtro necesario. En un mundo donde los sistemas manejan información personal, financiera y estratégica, necesitas contar con alguien que no solo sepa hacer las cosas bien, sino que también quiera hacerlas correctamente. Y eso empieza desde la formación.
Contratar bien, también es formar bien
Contratar al mejor programador no siempre significa encontrar a alguien “ya hecho”. A veces, lo más valioso es identificar a una persona con buena base técnica, actitud de mejora continua y ética profesional, y luego acompañarla en su proceso de crecimiento. Por eso, más allá de buscar al candidato perfecto, muchas empresas están comprendiendo que formar talento es parte clave del éxito.
Cuando una persona ha decidido estudiar programación, demuestra desde el principio un interés genuino por aprender. Esa motivación, combinada con una formación estructurada, como la que ofrece una Técnica en software, da como resultado un perfil con bases sólidas y listo para potenciarse dentro de una empresa. Las organizaciones que apuestan por este tipo de perfiles, y los apoyan con actualizaciones constantes, crean equipos más estables, eficientes y comprometidos.
La tecnología cambia a gran velocidad. Por eso, invertir en cursos y diplomados gratis para tu equipo es una decisión estratégica. Estos espacios de formación permiten actualizar conocimientos, incorporar nuevas herramientas y fortalecer habilidades que quizá no se enseñaron en procesos anteriores. Más aún si se trata de áreas sensibles como la ciberseguridad, donde la actualización no es un lujo, sino una necesidad.
En ese sentido, el Politécnico de Suramérica ofrece opciones de formación continua pensadas para adaptarse a las necesidades del mercado actual. Desde la Técnica Virtual en Software, que permite una formación completa en desarrollo, hasta diplomados especializados como:
- Diplomado en Ciberseguridad: Hacking Ético
- Diplomado en Ciberseguridad: Principios y Regulaciones en Seguridad de la Información
- Diplomado en Ciberseguridad: Vulnerabilidades y Pruebas de Penetración
- Diplomado en Ciberseguridad: Seguridad en la Red
Estos programas son ideales tanto para quienes se están formando desde cero como para aquellos que ya trabajan en tecnología y desean mantenerse vigentes. Al promover este tipo de capacitaciones dentro de tu empresa, no solo mejoras el desempeño técnico de tu equipo, también construyes una cultura de aprendizaje, responsabilidad y mejora constante.
En definitiva, contratar bien es más que llenar una vacante. Es comprender que el talento se potencia con formación adecuada y acompañamiento. Y si además cuentas con aliados académicos que ofrecen soluciones accesibles, como los cursos en ciberseguridad o los diplomados gratuitos, tienes todo a tu favor para desarrollar un equipo altamente competente.
Contratar a un buen programador no es cuestión de suerte: es saber qué buscar y cómo reconocerlo
Contratar talento en tecnología puede parecer una tarea difícil si no eres experto en programación. Pero como hemos visto, no necesitas saber programar para tomar buenas decisiones. Solo necesitas tener claros algunos criterios clave: bases técnicas sólidas, actitud de compromiso, ética profesional, y una mentalidad dispuesta a seguir aprendiendo.
La formación académica juega un papel fundamental en ese perfil ideal. Una Técnica en software ofrece la estructura y los fundamentos necesarios para formar profesionales capaces de adaptarse a cualquier entorno digital. Al mismo tiempo, los cursos y diplomados gratis abren las puertas a una educación continua que permite actualizarse constantemente en nuevas tecnologías.
Por su parte, los cursos en ciberseguridad y diplomados como el Diplomado en Ciberseguridad: Hacking Ético, el Diplomado en Ciberseguridad: Seguridad en la Red, el Diplomado en Ciberseguridad: Principios y Regulaciones en Seguridad de la Información y el Diplomado en Ciberseguridad: Vulnerabilidades y Pruebas de Penetración son herramientas clave para fortalecer el perfil de un programador moderno, responsable y preparado para los desafíos actuales.
Recuerda que el mejor programador no es el que más lenguajes domina, sino el que mejor resuelve problemas, trabaja en equipo, cuida la seguridad y actúa con ética. Si sabes qué buscar y cómo reconocerlo, no necesitas suerte para tomar una buena decisión: necesitas información, claridad y un enfoque humano.
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